21 DE ABRIL
De inmediato Cortés hace contacto con los embajadores de Moctezuma y éstos le entregan ricos presentes, con la súplica del emperador azteca de regresar a su lugar de orígen y no llegar a la Gran Tenochtitlan.
Lejos de atender a la petición, los españoles deciden seguir su viaje al interior del reino mexica, máxime que Cortés ve la oportunidad de independizarse de Velázquez, con quien tuviera dificultades antes de salir de la isla.
Al día siguiente, viernes santo, los expedicionarios han de trasladarse a las arenosas playas de Chalchiucuecan, donde han de levantar un campamento de enramadas y lo que podría llamarse de hecho, la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz.
1776. El puerto de Acapulco es sacudido por un terremoto que causa total destrucción de la población, incluyendo el fuerte de San Diego, maciza construcción militar. Éste será constuido de nuevo.
1776. A consecuencias del terremoto originado en las costas surianas, la ciudad de México sufre algunos daños materiales, por lo que se hace necesario desocupar inmediatamente el edificio de la Acordada y determinar su demolición. La Acordada era la cárcel del Tribunal especial para salteadores y ladrones.
1836. Batalla de San Jacinto. Fin de la Guerra con Tejas. Tras de que las fuerzas mexicanas al mando del general -y presidente con licencia- Antonio López de Santa Anna persiguen a las tropas tejanas al mando del general Samuel Houston, y al no presentar batalla éstas, Santa Anna ordena descanso a sus tropas entre el río San Jacinto y un bosque cercano, todo, sin tomar precaución alguna.
Las tropas tejanas los toman por sorpresa y derrotan. Cae prisionero el propio Santa Anna, quien temeroso de ser fusilado, ordena a su lugarteniente el general napolitano Vicente Filisola, que se retire con sus tropas y abandone la campaña contra los tejanos. Al día siguiente ha de retirarse Filisola hacia Matamoros. Con esta acción se acaba la Guerra contra Tejas; se pierde el territorio y la soberanía de una gran parte del México independiente.
1889. Muere en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América, donde residía desde 1877, el expresidente de la República, don Sebastián Lerdo de Tejada, ilustre jurisconsulto y político, quien naciera el 25 de abril de 1823, en Jalapa, Veracruz. Fue rector del Colegio de San Ildefonso en la ciudad de México, y en tres ocasiones presidente del Congreso. Fiel seguidor del presidente Juárez, lucha con él a favor de la República durante las Guerras de Reforma, de Intervención Francesa y del Imperio de Maximiliano.
Al fallecer el presidente Juárez el 18 de julio de 1872, como Presidente de la Suprema Corte de Justicia, se hizo cargo del poder. Elegido constitucionalmente, siguió ejerciendo el cargo desde el 1| de diciembre del mismo año hasta el 20 de noviembre de 1876 en que lo abandon{o ante el movimiento encabezado por don José María Iglesias y también por la Revolución de Tuxtepec dirigida por el general Porfirio Díaz.
Sus restos descansan actualmente en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
1901. Plan del Zapote. En Mochitlán, Estado de Guerrero se expide el Plan del Zapote, por el que se formaliza la revolución en el sur en contra del gobernador de Guerrero, señor Agustín Mora, y del propio dictador Porfirio Díaz. Este plan de inspiración castillista, tiene por jefe en Mochitlán, a Anselmo Bello Caneda y a los seguidores inmediatos: Felipe y Gabino Garduño, Vicente, Ignacio y Eutimio Muñoz, Alejandro Nava, Porfirio Jiménez, Cesáreo Cuevas y otros. Sus objetivos son el desconocimiento del régimen porfirista; defensa del sufragio efectivo y oposición abierta a la reelección en los puestos públicos; reformas a la Constitución de 1857 y el reparto de tierras y haciendas de los latifundistas.
1914. Defensores de Veracruz. Dado el incidente de Tampico el día 9 de este mes y año, entre marinos norteamericanos y autoridades militares mexicanas, y al que el gobierno de los Estados Unidos de América dio visos de gravedad, aunado al desembarco de cartuchos alemanes en Veracruz destinados al usurpador Victoriano Huerta, el gobierno estadounidesnse, en guerra con Alemania, determina la invasión de México por el puerto de Veracruz, la que se da en esta fecha.
Al desembarcar los marinos invasores, el pueblo veracruzano y los cadetes de la Escuela Naval se lanzan a la lucha en defensa de la dignidad y la soberanía nacional, pues la guarnición de la plaza es insignificante en número, pero también participa con denodado patriotismo.
Los mexicanos son barridos en lo físico, pero no en el ardor patrio con el que oponen desigual resistencia ante el poderoso coloso del norte.
En esta heroica defensa se significaron gloriosamente los veracruzanos Virgilio Uribe, cadete de la Escuela Naval y Alesio Pérez, así como el guerrerense José Azueta Abad, teniente de artillería del ejército y excadete de la naval.
Virgilio Uribe y Alesio Pérez murieron ese mismo día, pero José Azueta, quien fuera ascendido a capitán el día 24 del mismo mes y año, estuvo en agonía hasta la tarde del 10 de mayo siguiente, en que la septicemia gaseosa lo venció.
Una vez más, por cuarta ocasión, el puerto de Veracruz es calificado como heroico.
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