VÍDEO - TURISMO CULTURAL

186 AÑOS DEL FUSILAMIENTO DE AGUSTÍN DE ITURBIDE

19 DE JULIO

1808. El ayuntamiento de la ciudad de México, integrado -entre otros- por los licenciados Francisco primo de Verdad y Juan Francisco Azcárate y fray Melchor de Talamantes, piden a Iturrigaray que dicte ordenanzas para que se declare la independencia provisional de la Nueva España, ya que la abdicación y prisión de Fernando VII en Francia, hace que la soberanía recaiga de nuevo en el pueblo mexicano. Por tal, Nueva España puede darse un gobierno autónomo de acuerdo a la jurisprudencia local, como era considerado también en varias provincias de la misma metrópoli.

1809. Dado que el rey de España, Fernando VII, está prisionero en Francia por Napoleón, la Junta Central de Aranjuez nombra como 58º virrey de la Nueva España, al arzobispo de México Francisco Javier Lizama y Beaumont, quien toma posesión en esta fecha. Sustituye a don Pedro de Garibay, quien llegara al poder por la conspiración de los parianeros el 16 de septiembre de 1808.

1824. Es fusilado en Padilla, Tamaulipas, por soldados del general Juan José de la Garza, el traidor Agustín de Iturbide, después de desembarcar procedente de Europa, el día 14 de los mismos en Soto la Marina. En una carta dirigida a su esposa que entregó a su confesor, así como su rosario y su reloj, escribió:

Ana, santa mujer de mi alma:
La legislatura va a cometer en mi persona el crimen más injustificado. Dentro de pocos momentos habré dejado de existir y quiero dejarte en estos renglones para ti y para mis hijos todos mis pensamientos, todos mis afectos. Cuando des a mis hijos el último adiós de su padre, les dirás que muero buscando el bien de mi adorada patria. Huyendo del suelo que nos vio nacer, y donde nos unimos, busca una tierra no proscrita donde puedas educar a nuestros hijos en la religión que profesaron nuestros padres. El señor Lara queda encargado de poner en buenas manos, para que los recibas, mi reloj y mi rosario, única herencia que constituye el recuerdo de tu infortunado.

Agustín.

Antes de ser fusilado, arengó como en sus días de gloria a los soldados:

Mexicanos, muero con honor por haber venido a ayudaros y gustoso porque muero entre vosotros.

Catorce años después, en 1938, cuando la memoria del libertador fue recobrada por don Anastasio Bustamante, se permitió el regreso a México de la familia de Iturbide, así como se mandó inscribir en letras de oro su nombre en el Congreso (y fuese después retirado). Sus restos fueron trasladados, al doble de todas las campanas de la Catedral Metropolitana, a la capilla de San Felipe de Jesús, primer santo mexicano, junto con su trono y a unos metros de donde el 21 de julio de 1822, casi exactamente dos años antes de su fusilamiento, fuese coronado como Agustín I, y fuese fundado el I Imperio Mexicano. En su nicho, donde además de la urna, el retrato del Libertador y la bandera trigarante también se ubica el corazón de don Anastasio Bustamante, su gran amigo quien pidió se colocara ahí a su muerte, se puede leer:

AGUSTÍN DE ITURBIDE
AUTOR DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA
COMPATRIOTA, LLÓRALO;
PASAJERO, ADMÍRALO
ESTE MONUMENTO GUARDA LAS CENIZAS DE UN HÉROE
SU ALMA DESCANSA EN EL SENO DE DIOS

1839. El general Nicolás Bravo entrega el poder al general Anastasio Bustamante, elegido constitucionalmente. Éste lo detentará hasta el 22 de septiembre de 1841 en que lo dejará para hacerse cargo del mando del ejército.

1839. Muere en la ciudad de México, el general insurgente don Ramón López Rayón, quien naciera el 31 de agosto de 1775, en Tlapujahua, Michoacán. Hermano de don Ignacio de los mismos apellidos, participó con éste en la Guerra de Independencia. El 2 de enero de 1817 capituló ante los realistas debido al constante asedio que éstos le hacían. Fue comandante militar de Zitácuaro en el gobierno de Iturbide y después gobernador del Estado de México.

1848. El general Anastasio Bustamante fusila en las minas de La Valenciana, Guanajuato, al padre Marcelino Domeco Jarauta, quien valientemente sostuvo una guerrilla contra los invasores norteamericanos después de la caída de la ciudad de México. Domeco Jarauta se opuso al Tratado de Guadalupe Hidalgo por el que México cedió a EUA gran parte de su territorio.

1872. Tras la muerte del presidente don Benito Juárez la noche anterior, don Sebastián Lerdo de Tejada asume la Presidencia por mandato de ley en su calidad de presidente de la Suprema Corte de Justicia.