84 AÑOS DE LA SUSPENSIÓN DE CULTOS

31 DE JULIO

1773. Nace en Tlalpujahua, Michoacán, Ignacio López Rayón, quien habrá de significarse como valiente y denodado insurgente en la lucha de independencia nacional. Sus acciones guerreras será heroicas y su pensamiento preclaro, fortalecerá la causa de emancipación. Junto con Guerrero, Bravo, Guadalupe Victoria, Alquisiras, Pedro Moreno y otros, será de los últimos en sostener la lucha contra el yugo español. En la política participará como secretario del despacho del primer gobierno insurgente de Hidalgo; a la muerte de éste y demás caudillos, tomará la dirección del movimiento insurgente e instituirá la Junta de Zitácuaro o Junta Suprema Gubernativa de América; asimismo, tomará parte importante en el Congreso de Chilpancingo o Primer Congreso de Anáhuac, e inclusive será autor de unos Elementos constitucionales. Ha de morir en la ciudad de México, el 2 de febrero de 1832.

1899. Sublevación de Sonora. Dada la Ley de deslinde de terrenos baldíos y colonización, decretada en 1883 por el gobierno del general Manuel González, y que propició despojos de crímenes por parte de las compañías deslindadoras extranjeras, las tribus yaquis de Sonora se sublevan en esta fecha en contra del gobierno del general Díaz, pues los despojos y atropellos son constantes e insoportables.

1926. Conflicto Iglesia-Estado. Entra en vigor la suspensión de cultos decretada para todo el país por el gobierno del general y profesor Plutarco Elías Calles. Esta situación tiene los siguientes antecedentes: el 2 de junio de 1925 durante el mismo gobierno, fue clausurado en Guadalajara, Jalisco el Instituto Jesuita de Ciencias; el 4 de febrero de 1926 el arzobispo de México, José Mora y del Río, es consignado por sus declaraciones tendenciosas respecto a los artículos 3º, 5º, 27º y 130º de la Constitución, incidente que es punto de partida de la 'rebelión cristera'; el 11 de febrero del mismo año, son expulsados del país los sacerdotes extranjeros, españoles principalmente; el día 13 de los mismos se clausuran los colegios católicos por no impartir educación laica como lo marca la constitución; el 2 de julio del mismo año, el presidente Calles cursa un decreto -dado a conocer en el Diario Oficial-, sobre los delitos y faltas en materia de culto religioso; y por último, la Secretaría de Educación Pública expide el día 23 de los mismos un reglamento para la enseñanza laica en los colegios particulares, medidas todas a las que se opone la Iglesia e inclusive exacerba los ánimos de sus feligreses, lo que motiva la maquinaria de la 'Guerra Cristera'.